martes, 4 de diciembre de 2012

Lo que nos espera

Me refiero a la privatización de la atención sanitaria en Cataluña, al igual que se está haciendo en Madrid, donde se la está encomendando a una empresa en la que se dice que están Rodrigo Rato y otros altos cargos del PP, tan desalmados como él. Esto es lo que me ha contado un amigo, vecino de un pueblo catalán, cuyo ambulatorio ha sido privatizado:
La Dirección ha prohibido la expedición de recetas de toda una serie de medicamentos que sí están incluídos en la Seguridad Social, para sustituirlos por otros más baratos, o directamente por remedios tradicionales, del tipo una infusión de manzanilla, leche con miel...medicamentos proscritos no por un médico, sino por un farmacéutico. Como todos los médicos menos uno son privados, se ven obligados a prescribirlos, so pena de que les echen.
Al negarse el único medico oficial a seguir el juego, un día, de la noche a la mañana, se encontró con que le habían quitado 600 cartillas. Los desventurados pacientes que iban a reclamar, entre ellos mi amigo, se encontraban con un impreso ya confeccionado, en el que tenían que poner la causa de su petición, sin que se les expidiera copia alguna; ello, en vez de presentar una reclamación formal -como hizo mi amigo, tras montar un número - quien sí hizo constar que aquello atentaba contra la libertad de elección de médico; a la vez que informaba a los pobres viejos que formaban la cola, tras un rifirrafe con los empleados del centro, que pretendían que se largara. También hay que decir que mi amigo consiguió que le recetaran su medicamento habitual, tras entrevistarse con el director y conminarle a que le entregara un escrito conforme se hacía cargo de los daños que pudieran derivarse del cambio de medicamento. Pero esto no está al alcance de gente de edad o con poca instrucción.
Estas privatizaciones debemos agradecérselas a Convergencia, de quien ya dije en mi entrada "Contra el neoliberalismo" que era neoliberal. La experiencia de otros países demuestra que la privatización de servicios públicos sale más cara; pero claro, haciéndolo hay magníficas oportunidades de hacer negocio, que los políticos al servicio del neoliberalismo, y por ende de los ricos, no quieren perderse.
Convergencia y el PP han sido socios en la adopción de políticas neoliberales, vulgo recortes y privatizaciones. Por eso vemos ahora, tras las elecciones catalanas, que el PP trata de reconciliarse con los convergentes; todo lo dicho en campaña puede acabar en nada. Elecciones, dicho sea de paso, sobre las que he podido constatar en mucha gente una inmensa ignorancia y falta de espíritu crítico, que les han llevado a votar a los que son sus enemigos. Solo nos faltaría una Cataluña independiente: a los políticos catalanistas les vendría muy bien, ya que la policía y los jueces dependerían de ellos y no tendrían la tutela del Estado ni de la Unión Europea, y podrían robarnos con mucha mayor impunidad; pero pensar en una Cataluña en manos de esos políticos neoliberales, corruptos e ineficientes (como los de toda España), sin freno alguno, infunde pavor.
Debemos sustituir a la actual clase política, o seremos cada vez más pobres y con una menor calidad de vida.