jueves, 24 de enero de 2013

La misión de la Iglesia

A veces me he encontrado personas, ya sea personalmente o en televisión (y desde luego no practicantes), que consideran que la misión de la Iglesia es remediar la pobreza, y que incluso critican que se gaste dinero en eventos religiosos, en vez de en los pobres (si fuera en putas, probablemente no lo verían tan mal). Nada más falso: el actual Papa, en sus encíclicas, ha dejado claro que remediar la pobreza es cosa de los gobernantes, y ha afirmado en una de ellas que la acción caritativa de la Iglesia es muy importante, pero que la Iglesia no es una ONG; es algo más profundo.
Y es que la misión de la Iglesia es muy otra: conservar y transmitir el mensaje de Cristo. Su actuación asistencial es una consecuencia de lo que propugna (el amor a Dios y al prójimo), pero no un fin, por muy importante que sea aquella. Y, como toda sociedad humana que es, aunque haya sido fundada por Jesucristo, necesita de unos recursos económicos y de unos bienes.
En este mundo tan materialista que vivimos, esto no siempre  es entendido así por los mismos eclesiásticos, y hasta por misioneros, que demuestran una considerable falta de fe: para ellos lo fundamental es solucionar las necesidades materiales. De esa actitud, criticada por el Papa, se desprende que, ya que predicar la religión es poco importante, Jesús perdió el tiempo impartiendo doctrina: después de redimirnos: podría haberse ido al cielo sin más trámite. Y también se desprende que todo el mundo tiene las mismas probabilidades de salvarse, independientemente de que sea cristiano o no. Incluso hay quien considera que todas las religiones tiene la misma validez, particularmente si son cristianas; punto de vista que Ratzinger, cuando solo era cardenal, consideraba claramente herético.
Evidentemente, no fue esa la postura de Cristo, quien hablaba claramente del cielo y del infierno, creó una Iglesia y la dotó de una doctrina (la religión católica, que supone toda una norma de vida), y le dio un mensaje final muy explícito: id y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Para nada dijo que se ocupase de remediar las necesidades materiales de los pobres, pese a que El hizo muchos milagros como acción caritativa (una consecuencia de lo que predicaba, pero no vino para solucionar los problemas de unos cuantos). No quiero extenderme con citas del Evangelio; me conformo con dos: "pobres con vosotros siempre los tendreis", y "sereis un solo rebaño y un solo pastor".
Me parece bien que haya Ordenes religiosas cuya finalidad sea remediar necesidades (enseñando, cuidando enfermos, ancianos o desvalidos, etc), ya que es una muestra de amor al prójimo, pero que siempre debe ir acompañada de explicitar en nombre de Quién lo hacen. Pero lo que me parece muy mal son aberraciones como la Teoría de la liberación (que hace una lectura de la religión en clave del ateo y materialista Marx, en vez de en Jesús), y todas las actitudes de clérigos que ponen el énfasis en las necesidades materiales, en vez de en las espirituales (las primeras tiene una fecha segura de caducidad, pero las segundas no). Por no hablar de casos pintorescos, como los comunistas españoles, que le han pedido al Papa en twitter que aloje a los desahuciados en las iglesias (es notable cómo partidos políticos y sindicatos se han inhibido completamente en auxiliar a las víctimas de la crisis; ayuda que sí ha prestado la Iglesia ).

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